Pfizer oculta datos sobre un estudio con posible efecto en el Alzheimer

El diario Washington Post ha denunciado recientemente que el laboratorio farmacéutico Pfizer había frenado la investigación y ocultado los datos de que uno de sus medicamentos para la artritis reumatoidea, el Enbrel, podía tener efectos beneficiosos sobre la enfermedad de Alzheimer.

Al parecer, desde el año 2015 el laboratorio ha estado valorando los efectos que el Enbrel podía tener sobre el Alzheimer, pero a pesar de un informe de sus investigadores internos que afirma que “el Enbrel podía potencialmente prevenir, frena y retardar la enfermedad de Alzheimer”, la farmacéutica cierra esta vía de investigación en 2018, no dando a conocer a la comunidad científica sus datos.

Pfizer declara que no continuo con el estudio por motivos estrictamente científicos, ya que los resultados preliminares no eran fiables y no superaban los estándares de control del laboratorio pues la molécula del principio activo del Enbrel no consigue llegar hasta el tejido cerebral y, por tanto, no puede tener ningún efecto. No publicaron sus datos para no abrir a investigadores externos una vía de estudio que ellos consideraban errónea.

Fuentes externas al laboratorio se dan otras razones, como el enorme costo que supondría realizar un estudio serio en miles de personas para obtener resultados fiables, costo que se calcula entre 70-80 millones de dólares y que Pfizer no estaba dispuesto a asumir, o el hecho de que ese mismo año el laboratorio cerraba la sección de investigación de tratamientos para el Alzheimer o que la patente de Enbrel estaba a punto de terminar lo que encarece cualquier posible estudio del medicamento sobre otra patología diferente a la ya indicada.

Opiniones en la comunidad científica

Lo que la comunidad científica critica, sobre todo, es que el laboratorio no publicara sus datos, que pueden facilitar a otros investigadores nuevas vías de estudio sobre el tratamiento del Alzheimer “sean resultados negativos o positivos, nos dan mas información que nos permiten tomar mejores decisiones en el tratamiento de una enfermedad a la que aún no hemos encontrado forma de curar” dice el profesor Keenan Walker de la Universidad Johns Hopkins.

Por su parte, el Dr. Pablo Martínez-Lage, Neurólogo del Centro de Investigación y Terapias Avanzadas de la Fundación CITA-Alzheimer de San Sebastián propone estudios administrando el medicamento vía subcutánea comprobando si alcanza el tejido cerebral. ” Serian pequeños estudios que precederían a un mayor en función de los resultados”, afirma el doctor Martínez.

Sin embargo, aquí aparece una antigua polémica, no hay consenso ni está regulado si los laboratorios tienen obligación de difundir posibles efectos positivos nuevos de sus medicamentos, con lo cual las farmacéuticas tienen la decisión en sus manos y en las de sus accionistas.