Trastorno afectivo estacional

Yo no engordo en verano, engordo en otoño.
Trastorno afectivo estacional

En estas fechas, cuando las horas de luz se acortan, siempre debemos de estar atentos al llamado “trastorno afectivo estacional”.

En general, en otoño, estamos más tristes y con el apetito desmedido, lo que provoca un aumento significativo de peso. Esto es debido, en buena parte por la alteración en los ritmos cronobiológicos.

Este estado de ánimo, habitual año tras año, en este 2020 hay que añadirle la incertidumbre, el desconcierto y los temores que provoca la COVID – 19, esta dichosa pandemia que nos lleva a todos de cabeza. De hecho, tras comentarlo con numerosos colegas de la profesión, da igual la especialidad, todos percibimos esa tristeza en la población.

Parece ser que muchos desconocemos, o mejor, desconoce, que una buena salud emocional es fundamental para que salud y economía salgan airosos de este aprieto. En CEOME sí somos conscientes y por ello propone lo que ya Rosenthal comenzó a recomendar en los años 80 para los trastornos otoñales y que hoy puede tener mayor sentido debido a todo lo que nos rodea.

“El clima y la luz inciden en el desencadenamiento de los trastornos emocionales y del comportamiento”

El trastorno afectivo estacional (TAE) es un tipo de depresión que se produce porque en otoño-invierno hay una menor cantidad de luz del día y puede provocar una irregularidad en el reloj interno del cuerpo alterando el eje nutricional cerebral, disminuyendo los niveles de serotonina y de melatonina, lo que provoca una disminución del estado de ánimo y trastornos del sueño.

Otros factores que influyen en su aparición son los niveles hormonales y la herencia genética recibida.

Afecta al 15 por ciento de la población, más frecuente en mujeres y puede comenzar durante los años de adolescencia o principios de la edad adulta.

¿Cuál es el diagnóstico?

El diagnóstico es clínico según los síntomas, pero debe realizarse una exploración física y análisis de sangre para descartar otras enfermedades con similares síntomas.

Nuestro tratamiento

1. Foto o luminoterapia

30 minutos de exposición diaria al sol por la mañana (para simular el amanecer). Hay casos que necesitan exponerse a lámparas especiales. Si los síntomas de la depresión mejoran al cabo de 3 a 4 semanas, esto indica que la fototerapia va a ser efectiva.

2. Terapia Cognitivo-Conductual

En casos no severos, puede bastar con dormir lo suficiente, manejar una dieta saludable, hacer ejercicio con mayor frecuencia y realizar actividades que lo hagan feliz y aprender a reconocer los signos preliminares del empeoramiento de su depresión y actuar en consecuencia.

Si el TAE es más severo hace falta acudir a un psicoterapeuta que tratará de enseñar a superar los pensamientos negativos.

3. Incrementar los niveles de serotonina o sus precursores.

En un principio basta con administrar precursores naturales de la serotonina y/o dopamina. Pero puede ser necesario llegar a usar antidepresivos recaptadores de serotonina.

Pronóstico

En casos leves, sin tratamiento, los síntomas suelen mejorar por sí solos con el cambio de las estaciones, pero evidentemente, con un tratamiento adecuado, la evolución siempre es más rápida. Habitualmente, el desenlace clínico generalmente es favorable.